¿Cómo Tomar Buenas Decisiones?

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Educación Emprendedores Negocios

¿Cómo Tomar Buenas Decisiones?

Sobre si las decisiones que tomamos son buenas o malas, todo dependerá de las consecuencias que éstas, tengan para nosotros, nuestra vida, el entorno y todo lo que consideremos relevante. El bueno y el malo realmente no existe como genérico, ya que todo es relativo a cada individuo y sus circunstancias. Por lo tanto, a la hora de tomar una decisión, para valorar si esta será mejor o peor para ti, lo óptimo es que tú determines cómo va a influenciar tu vida, tu momento y tu situación particular.

Nadie mejor que uno mismo sabe si la decisión será la acertada o no, y puede que incluso, esto se vea o se pueda valorar con el tiempo. Tomar una decisión importante no es algo baladí, y normalmente nos implica un cierto nivel de estrés por la responsabilidad que conlleva. Deberemos poner toda nuestra atención en la toma de la decisión para lo que podemos incluir ciertas prácticas y estrategias de pensamiento para agilizar la situación e ir sobre seguro (en la medida de lo posible).

 Es un hecho que eres capaz, que lo creas es tu elección.

Anibal Pérez
Identificar La Decisión

Para tomar una decisión, primero debes identificar el problema que necesitas solucionar o la pregunta que quieres responder. Define tu decisión con claridad. Si no identificas el problema que quieres solucionar correctamente, o si el problema que elegiste es demasiado amplio, descarrilarás el tren de decisiones antes de que parta de la estación. Si necesitas lograr una meta específica con tu decisión, haz que sea mensurable y oportuna para que puedas determinar con certeza si lograste el objetivo al final del proceso.

Reunir La Información Pertinente

Una vez que hayas identificado tu decisión, es momento de reunir la información pertinente para la elección. Haz una evaluación interna para ver en qué ha tenido éxito tu organización, y en qué ha fallado, en las áreas relacionadas con tu decisión. Además, busca información de fuentes externas, como estudios, investigaciones de mercado y, en algunos casos, evaluaciones de consultores. Ten presente que puedes sentirte paralizado por un exceso de información; los datos y las estadísticas que parecen aplicables a tu situación podrían complicar el proceso.

Identificar Las Alternativas

Con la información pertinente a mano, identifica las posibles soluciones para tu problema. Suele haber más de una opción para considerar cuando intentas lograr una meta; por ejemplo, si tu compañía está intentando obtener más interacciones en las redes sociales, tus alternativas podrían incluir publicidades pagas, un cambio en tu estrategia orgánica de redes sociales, o una combinación de ambas.

Evaluar El Coste De Oportunidad

Para saber cuál es el coste de oportunidad de cierta decisión en concreto, basta con preguntarnos: «Si hago esto, ¿Qué voy a perder?» Eso sí, recuerda que el tiempo es dinero. Un ejemplo sería cursar una carrera universitaria. Es cierto que, si nos esforzamos, conseguiremos un título relativamente valioso, pero también lo es que perdemos años de experiencia laboral, de hacer cursos, de ganar dinero en un empleo… años de vida, en definitiva. Otro ejemplo sería una compra de cualquier producto. Plantéate: ¿Qué cosas podrías hacer con ese dinero? ¿Cuánto tiempo necesitas para conseguir ese dinero? Algo muy útil es pensar, en vez de en dinero, en cuántas horas de trabajo supondría esa compra.

Ver Cómo Le Fue A Otro

Otra base para tomar decisiones acertadas es ver cómo les ha ido a otros al tomar la misma decisión o parecida. También serviría recordar cómo nos fue a nosotros en el pasado. Vamos… la experiencia propia y ajena. Es útil, antes de realizar una compra o alquilar un servicio, buscar en internet las valoraciones de otros clientes y usuarios, o analizar artículos especializados que hablen de eso que queremos decidir. (Recuerda, con mesura, que no queremos ‘parálisis por análisis’). Incluso, para ciertas cosas, es bastante provechoso llevar un listado, o al menos, anotar nuestras impresiones. Esto evita otro sesgo de la memoria: evitar recordar las malas experiencias y transformar los recuerdos en positivos.

No Dejes Que Las Emociones Decidan

Es muy importante esperar un poco antes de decidir algo importante. Las prisas son malas consejeras. Claro, no podemos darles el mismo tiempo a todas las decisiones. Un truco: Valora del 0 al 10 la importancia de la decisión que vamos a tomar. El resultado te dirá la cantidad de horas, como máximo, que deberás usar para decidirte. Recuerda bloquear el tiempo necesario para reflexionar en el asunto. Por cierto, evita las reuniones de última hora. Consúltalo con la almohada. No tomes decisiones por impulso, ni cuando te sientas desanimado. Una cosa interesante es que, para nuestro cerebro es más difícil perder algo, que ganarlo.

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