Tips Para Aprender A Decir NO

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Educación Emprendedores Negocios

Tips Para Aprender A Decir NO

Cuando te cuesta rechazar peticiones de otras personas, terminas dedicando demasiado tiempo, energía y recursos a proyectos de otros y descuidas tus objetivos. Cada uno tenemos nuestras prioridades y querer seguir tu agenda no te convierte en una persona egoísta. Por eso es importante aprender a decir no a este tipo de peticiones.

Ser capaz de rechazar peticiones ajenas no es una cualidad innata, algo que tienes o no tienes; saber decir no es una habilidad, un hábito, que se puede entrenar. Cuando aprendes a decir no, te comprometes de verdad con tus objetivos, avanzas de manera más eficaz y ganas en bienestar.

 Es un hecho que eres capaz, que lo creas es tu elección.

Anibal Pérez
Conecta Lo Que Sientes Con Lo Que Quieres

El contacto con nosotros mismos nos permite percibir lo que necesitamos y deseamos y a la vez detectar aquello que nos daña y no nos sienta bien. Sentir las sensaciones corporales y las emociones nos puede llevar a conseguir el bienestar. Ese contacto es nuestra guía para saber cuándo tenemos que decir «basta» a una situación o a una relación. Es el paso previo a saber decir que no.

La Asertividad Es La Clave

No solo quieres aprender a decir no, también quieres sentirte bien después de hacerlo y que la relación con esa persona no quede dañada. Decir no de forma inadecuada, utilizando formas agresivas o ponerte a la defensiva, te salva de hacer esa actividad, pero tu vínculo, personal o profesional, con esa persona puede dañarse y es probable que no te sientas bien después. La asertividad es la habilidad de comunicar lo que quieres de manera eficaz, firme, respetuosa y empática. Te aseguras de que se entienden tus deseos y también de que el otro no se sienta herido o atacado.

Atrévete A No Quedar Siempre Bien

Las normas sociales ayudan a sentirnos seguros, pero muchas veces, más allá de su función, nos atrapan y no nos permiten ser transparentes. Decir que no cuando todo el mundo está de acuerdo puede resultar embarazoso. Traspasar los convencionalismos limitadores y asumir una cierta carga de culpa nos puede venir muy bien para llegar a ser más libres.

Practica La Exposición

Las técnicas de exposición son muy útiles en los tratamientos psicológicos y se basan en exponerse, de manera gradual y controlada, a lo que temes. Por ejemplo, las personas que tienen miedo a viajar en avión se exponen a ello primero en imaginación, después a situaciones relacionadas, como ir al aeropuerto, hasta que finalmente pueden subir a un avión.

La lógica detrás de esta técnica es que no tienes miedo a la acción que evitas, tienes miedo a las consecuencias. No temes los aviones, temes los accidentes de avión. No temes decir no, temes las consecuencias que pueda tener. Cuando trabajas la exposición compruebas que esas consecuencias no existen o no son tan graves como habías imaginado.

Practica El No En Cosas Pequeñas

Si no estamos acostumbrados a decir «no», nos será difícil las primeras veces pasar a la acciónLas cosas solo se aprenden practicándolas y haciéndolas. Empieza a practicar y di «no» a cosas que no sean muy importantes para ti, así podrás comprobar lo que ocurre: la mayoría de las veces no pasa nada y si pasa, uno puede explicar sus razones y argumentar con los demás los motivos por los que ha dicho que no.

Toma Tiempo Antes De Responder

¿Cuántas veces has dicho que sí a algo en el momento y te has arrepentido después? Cuando aceptas una petición “en caliente” lo haces con la información del momento, sin hacer una evaluación objetiva de si puedes o quieres hacer esa tarea.

La regla de oro para aprender a decir no y evitar arrepentirte más tarde es sencilla: aplaza la respuesta. Después, sin esa persona delante, con más calma para decidir y con una visión más objetiva del tiempo y energía disponibles, vas a tomar una mejor decisión. Así que, siempre que sea posible (y casi siempre lo es) trata de aplazar la decisión.

De una forma amable y firme, puedes decir algo como “deja que mire mi agenda y te respondo”; así demuestras tu intención de ayudar, pero no te comprometes por el momento. Además, si finalmente vas a rechazar esa petición, tendrás más tiempo para prepararte y pensar cómo vas a hacerlo de una forma asertiva y sin sentirte mal.

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